MOVILIDAD HUMANA EN EL CONTEXTO DE DESASTRES Y LOS EFECTOS ADVERSOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Platform on Disaster Displacement
La Declaración de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes reconoce el desplazamiento humano por los efectos adversos del cambio climático, los desastres provocados por amenazas naturales y otros factores ambientales como una realidad (párrafo 1). La Declaración reconoce así los complejos desafíos que presentan el desplazamiento forzado y la migración irregular en grandes movimientos (párrafo 4) que pueden ocurrir en tales contextos.
La movilidad humana adopta diferentes formas, que van desde la migración (predominantemente) voluntaria, hasta el desplazamiento (predominantemente) forzado. Durante 2008 – 2016, en promedio, más de 25 millones de personas fueron desplazadas cada año en el contexto de fenómenos meteorológicos repentinos y extremos y desastres geofísicos como terremotos (IDMC, 2017). Mujeres, niños y niñas, así como personas con discapacidad, personas de edad y miembros de los pueblos indígenas, son a menudo afectadas desproporcionadamente por desastres generados por amenazas naturales. La gran mayoría de las personas desplazadas permanecen en su propio país en calidad de personas desplazadas internas. Algunas cruzan fronteras internacionales para buscar protección y asistencia en el extranjero, generalmente en países vecinos o dentro de la región. Otros deciden migrar para hacer frente al impacto de las amenazas naturales de evolución repentina o para adaptarse a la degradación ambiental de evolución lenta, causada, en particular, por el calentamiento global. Otros se mueven para reasentarse en zonas más seguras en el marco de procesos de reubicación planificada