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Article in Spanish published on the blog Migraciones Climáticas

 

En el año 2016 y con motivo de la Cumbre Mundial Humanitaria, fue lanzada oficialmente la Plataforma sobre Desplazamiento por Desastres (PDD)[1], un proceso interestatal concebido para dar seguimiento a la labor de su predecesora, la Iniciativa Nansen y sus recomendaciones en materia de protección de personas desplazas a través de fronteras en el contexto desastres y los efectos adversos del cambio climático[2].

A diferencia de otros procesos internacionales, la PDD ha sido desde sus orígenes un proceso liderado por Estados en los márgenes de Naciones Unidas, sin embargo, integrando y en estrecha colaboración desde su diseño original, como un proceso en permanente comunicación y coordinación con la agenda multilateral y con el trabajo de las principales agencias de Naciones Unidas en esta materia, en especial la Agencia de Naciones Unidas sobre Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Dentro de la arquitectura internacional en materia migratoria, pocos son los esfuerzos regionales y/o globales que no han surgido propiamente a partir del  multilateralismo ‘tradicional’ de Naciones Unidas, entre estos, la Iniciativa de Migrantes en Países en Crisis (MICIC por sus siglas en inglés), el Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo (GFMD por sus siglas en inglés), los procesos regionales de consulta en migración (RCPs por sus siglas en inglés), la Plataforma sobre Desplazamiento por Desastres (PDD) -y su predecesora la Iniciativa Nansen.

Esta dimensión de la política internacional que algunos autores han denominado ‘mini-multilateralismo’[3], ha sido relativamente exitoso en términos de su flexibilidad para el logro de sus objetivos estratégicos.

La PDD, si bien no constituye un organismo internacional en el sentido estricto del derecho internacional público, ha sido hasta el día de hoy uno de estos casos de apalancamiento y concertación de buenas intenciones que ha tenido éxito y que, además, ha emprendido una labor ‘titánica’ a nivel global y regional para generar no solo conciencia y evidencia sobre los retos que implica el desplazamiento por desastres (especialmente el transfronterizo), sino que en relativamente poco tiempo ha logrado coordinar y apoyar importantes esfuerzos regionales para generar productos tangibles.

Dentro de estos resultados se encuentran guías no vinculantes de prácticas efectivas y lineamientos en materia de protección de personas desplazadas y migrantes en países afectados por desastres en el marco de la Conferencia Regional sobre Migración (Centro y Norte América) y la Conferencia Suramericana sobre Migraciones (CSM).

A nivel multilateral y gracias a los esfuerzos de colaboración con los países miembros de su Consejo Directivo, diversas agencias internacionales y otros actores, se ha logrado impregnar o ‘mainstream’ los retos, evidencia y opciones para el abordaje del desplazamiento por desastres en los principales acuerdos internacionales en materia de gestión integral de riesgos, cambio climático y migración. Recientemente, más de 150 países adoptaron por primera vez en la historia de las Naciones Unidas un ‘Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular’, en cuyo objetivo 2 y 5 se aborda explícitamente la movilidad humana vinculada a desastres y amenazas naturales y eventos de evolución lenta, pero además, en el inciso L de su objetivo 2, se indica que los Estados se comprometen a:

‘Formular enfoques coherentes para encarar los desafíos que plantean los movimientos migratorios en el contexto de los desastres naturales repentinos y de evolución lenta, incluso teniendo en cuenta las recomendaciones pertinentes de los procesos consultivos liderados por los Estados, como la Agenda para la Protección de las Personas Desplazadas a Través de Fronteras en el Contexto de Desastres y Cambio Climático y la Plataforma sobre el Desplazamiento por Desastres’[4].

Este reconocimiento de la comunidad internacional al trabajo de la PDD ha sido el resultado de un esfuerzo colectivo en avanzar hacia una mayor comprensión sobre los retos políticos, humanitarios y programáticos que implica la movilidad humana por desastres y los impactos del cambio climático, pero además una reafirmación política para continuar con tales modelos de mi-multilateramismo, el cual no se considera como duplicación o competencia frente a otros procesos en marcha, sino como complementos necesarios y dinamizadores de la agenda internacional.

Juan C. MÉNDEZ es asesor regional de la Plataforma sobre Desplazamiento por Desastres (PDD) basado en Costa Rica (personal en comisión de NRC/NORCAP). Anteriormente se desempeñó como asesor para la anterior Iniciativa Nansen y como funcionario gubernamental en asuntos humanitarios y emergencias. Es profesor en la Escuela de Relaciones Internacional de la Universidad Nacional de Costa Rica UNA.

Email: juan.mendez@disasterdisplacement.org

www.disasterdisplacement.org

[1] En su primera fase, la Presidencia de la PDD fue asumida por el Gobierno de Alemania. Actualmente, la Presidencia de la PDD la ostenta el Gobierno de Bangladesh, la cual pasará a mano del Gobierno de Francia a partir de junio de 2019.

[2] The Nansen Initiative (2015). Agenda para la Protección de las Personas Desplazadas a Través de Fronteras en el Contexto de Desastres y Cambio Climático. Ver: www.disasterdisplacement.org

[3] Betts y Kainz (2017). The history of global migration governance WORKING PAPER SERIES NO. 122. Refugee Studies Centre Oxford Department of International Development University of Oxford.

[4] Asamblea General (2018). A/CONF.231/3. Conferencia Intergubernamental encargada de aprobar el Pacto Mundilal para la Migración Segura, Ordenada y Regular. Marrakech, 10 y 11 de diciembre 2018.

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